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¿Cómo detectar la espasticidad como síntoma de la esclerosis múltiple?

La espasticidad es un trastorno caracterizado por la rigidez muscular y los espasmos involuntarios, es un síntoma común de la esclerosis múltiple. Dificulta la movilidad y puede provocar dolor, con un gran impacto en la calidad de vida del paciente. Sin embargo, cuando la espasticidad se trata adecuadamente los síntomas inmediatos y las complicaciones se pueden evitar

Se han producido importantes avances en el tratamiento destinado a reducir los brotes de la esclerosis múltiple y modificar la evolución de la enfermedad, pero los tratamientos tradicionales sintomáticos en general y, en concreto, para la espasticidad tienen importantes limitaciones y su utilización real es inferior a la que sería de esperar.

En la esclerosis múltiple, la espasticidad se debe principalmente a las lesiones en las vías motoras del sistema nervioso central, la médula y el cerebro. El afectado lo percibe como una sensación de rigidez o tensión incrementada en los músculos, que entorpece el movimiento, le resta habilidad y aumenta la fatiga. Cuando va acompañado de espasmos musculares, la persona con EM describe una sensación de estiramiento o sacudida que, en ocasiones, puede resultar dolorosa.

Se estima que hasta el 85% de las personas con EM padece espasticidad en algún grado. Este problema puede aparecer en cualquier momento del transcurso de la enfermedad. Sin embargo, ser varón, tener una edad avanzada y padecer la enfermedad desde un periodo de tiempo largo son aspectos que se asocian con una mayor gravedad de trastorno.

El afectado puede experimentar desde una ligera molestia a una discapacidad motora significativa o complicaciones médicas, como deformidades articulares o contracturas. A consecuencia de esta fluctuación y de la evolución constante en la espasticidad, cualquier tratamiento o programa de rehabilitación debe ajustarse a las diferentes etapas de la enfermedad y también debe adaptarse a otros síntomas relacionados con la EM que sufra la persona.

El tratamiento rehabilitador tiene como objetivo mejorar o conservar las funciones motrices y minimizar los efectos de debilidad, la espasticidad, dolor y otros síntomas; debe ser diseñado por un equipo multidisciplinario (neurólogo, fisioterapeuta, enfermero, terapeuta ocupacional, entre otros) y tiene que contar con la participación tanto del afectado como de sus cuidadores.

Por lo tanto, la variación de la espasticidad durante el curso de la enfermedad se debe revaluar frecuentemente y saber en que nivel se encuentra:

  • Espasticidad leve:

El afectado a menudo no tiene sensación de rigidez muscular, aunque un terapeuta sí puede detectar los signos que la acompañan. En este caso, se aconseja mantener un buen estado físico general para conservar la flexibilidad muscular de forma óptima. El fisioterapeuta indicará al paciente cuáles son los estiramientos que puede practicar y los ejercicios para fortalecer los músculos débiles.

  • Espasticidad moderada:

La espasticidad en ciertos músculos claves como los gemelos o los cuádriceps puede afectar a la marcha debido a una posición del pie girada hacia adentro o por las rodillas rígidas, entre otros problemas. El paciente deberá practicar movimientos inhibidores del tono muscular, como traspasar pesos entre las piernas, inclinaciones hacia adelante, estiramientos, hidroterapia o hipoterapia (equitación terapéutica), y deberá fortalecer los músculos débiles siempre que sea posible. Podría llegar a ser necesario que el paciente utilice una ortesis o férula antiequina, dispositivos para facilitar el acto de caminar.

  • Espasticidad grave:

En este caso, el fisioterapeuta puede incluir la movilización pasiva de las piernas, los brazos y del tronco para prevenir las contracturas, las deformidades articulares y ayudar a facilitar las posiciones normales. En el caso de que el paciente necesite la ayuda de una silla de ruedas para desplazarse, la rehabilitación deberá incluir ejercicios o estrategias que ayuden a prevenir el acortamiento muscular a largo plazo, como por ejemplo, incluir cojines especiales o cintas que ayuden a mantener la pelvis bien colocada y las rodillas separadas.

Fuentes:

https://www.researchgate.net/profile/Celia_Oreja-Guevara/publication/231211591_Treatment_of_spasticity_in_multiple_sclerosis_New_perspectives_regarding_the_use_of_cannabinoids/links/0fcfd5117ca9f55d97000000/Treatment-of-spasticity-in-multiple-sclerosis-New-perspectives-regarding-the-use-of-cannabinoids.pdf

La espasticidad en EM. MS in focus, nº 12, 2008. Multiple Sclerosis International Federation [accés: 3 de maig de 2013]. Disponible en: https://www.msif.org/wp-content/uploads/2014/09/MS-in-focus-11-Spasticity-English.pdf

Grupo Español de Espasticidad. Vivancos-Matellano, F. et al. Guía del tratamiento integral de la espasticidad. Rev. Neurol 2007; 45 (6): 365-375 [accés: 3 de maig de 2013]. Disponible en: http://www.guiadisc.com/wp-content/uploads/2011/09/guia.de_.tratamiento.integral.de_.la_.espasticidad.pdf

Rémy-Néris, O. et al. Espasticidad. Enciclopedia Médico-Quirúrgic [accés: 3 de maig de 2013]. Disponible en: https://es.scribd.com/doc/56781887/Espasticidad

https://www.observatorioesclerosismultiple.com/es/la-esclerosis-multiple/cuales-son-los-sintomas/como-gestionar-la-espasticidad-en-la-esclerosis-multiple/

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